La vida tiene un A, B y C para la mayoría de las
personas, pero algunas comienzan por la parte C, otras por el B y al final el
orden de los factores no altera el producto.
Las manos sudaban, las piernas temblaban, todo mi cuerpo se aceleraba y
justo en esta parte de la historia donde comienzo este post, que parece
redactar una noche de sexo o un orgasmo, ¡se equivocan! Ya que era Claudia, en
el baño esperando los resultados de su test de embarazo. Pasaron 30s, 60s pero
en menos del primer segundo ya habían dos líneas rosadas que indicaban que era
positivo. El tiempo se detuvo eternamente y por su mente paso toda su vida en
milisegundos. Al mismo tiempo comenzaba una seria conversación con su
conciencia: -¿Miguel? Tenemos que
hablar. Sé que solo llevamos saliendo una semana, estoy completamente enamorada
de mi ex, pero VAS A SER PAPÁ!!! - NOOOO grito en voz alta y salió de ese
trance en el que estaba.
Tomo su celular y enseguida llamo a Miguel. Acordaron encontrarse para
cenar, mientras tanto la conciencia a Claudia no la dejaba en paz. Comenzaban a
aparecer preguntas como: ¿Soy una perra? No llevamos ni una semana
saliendo y ya quede embarazada, quiero ver la cara de mi ex cuando se entere
que estoy embarazada, ¿Qué dirá Miguel cuando le cuente? Bueno, igual yo quería
ser mamá, además mi ex ya me perdió para siempre. Ese idiota, con el que dure
de novia un año, que me termino y luego solo me utilizo para tener sexo y volvió
a dejarme ahí tirada como si fuera un objeto, muero de curiosidad por saber que
va a decir cuando se entere. Así paso toda la tarde, hasta que por fin llego la
hora de ver a Miguel.
En el restaurante:
- - Miguel:
hola Clau, ¿como estas? ¿cómo estuvo tu día?
- -Claudia:
fue un día muy loco, no fui a trabajar, quise
quedarme en casa.
- - Miguel:
¿tu? Debió haber pasado algo muy serio y grave para que faltaras a tu trabajo, ¿ocurre
algo?
Justo en ese momento, interrumpe el mesero
diciendo “¿ya van a ordenar?” a lo que pensé que no valía la pena pedir algo,
porque no sabía cómo iba a reaccionar este hombre y no me interesaba quedarme a
cenar sola en una mesa puesta para dos. Rápidamente abrí la carta y pedí una
copa de vino para comenzar. Ah! Cierto que ahora estoy embarazada y no puedo
tomar alcohol, por lo que lo cambie por un jugo natural.
- - Miguel:
¿jugo natural? Comenzaste alguna dieta o algo así? Clau, parece que hubiesen
pasado años que no nos vemos, estas rarísima.
- - Claudia:
Migue, se que hace un mes que no sabes nada de mí y que solo salimos una
semana, una semana que la pasamos genial y bueno… (silencio incomodo que parece
que pasa un día, cuando realmente han pasado segundos)
- - Miguel:
¿estás embarazada?
Y en ese momento, el que tanto había esperado todo
el día, solo se me ocurrió bajar la mirada y responder entre los dientes un “si”.
- - Miguel: wow! ¿voy a ser papá?
- - Claudia: si, vas a ser papá.
No podía ignorar el brillo en sus ojos y la sonrisa que se dibujaba
mientras hacia esa pregunta. Al contrario de cómo había imaginado, comenzó a
hablar del futuro durante la cena. Se venía a mi cabeza esa frase “estoy
enamorado de ti desde hace mucho tiempo” y en alguno que otro momento yo
pensaba en mi ex, pero regresaba a la realidad donde Miguel me daba su apoyo y formaríamos
una familia. Eso no sonaba nada mal, como si le hubiese dado cuerda, comenzamos
a salir de nuevo. Miguel me acompañaba a los controles médicos y al mes nos
mudamos juntos. El es muy especial conmigo, le dice a todo el mundo que me ama.
Aun no nos casamos, acordamos darnos tiempo para ver qué pasa. Aunque yo no le
veo mucho futuro, pero por mi hijo soy capaz de cualquier cosa, él es una persona
responsable y comienza a gustarme, pero mi
corazón tiene otro dueño y la mayoría del tiempo pienso en mi ex, el aun no
sabe de mi estado, pero muero por llamarlo, oír su voz y contarle.